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domingo, 26 de julio de 2015

NUESTRA ISLA



Me sumergiría en la humedad de tu boca, me dejaría arrastrar por la tempestad de tu piel, 
permitiría que tu navío atracara en mi orilla y que allí, 
desembarcaras en mi playa y te extasiaras en mis cálidas arenas. 
Esta noche te ofrezco mi cama convertida en una isla, habitada por dos náufragos, tú y yo. 
Mi cuerpo transformado en manantial dejará que sacies tu sed en mí. El calor de tus manos se acentuará bajo el sol abrasador de mis labios y cuando el ritual de nuestros cuerpos inicien la danza de la pasión, cuando el reloj al que no prestamos atención siga marcando las horas sin importarnos el tiempo, solo entonces se desatará el temporal. Será una tormenta tortuosa, salvaje, y a cada embestida como si se tratase de una ola enfurecida, irá tomando fuerza. Nos arrastrará mar adentro envolviendo con su furia nuestros temblores, ahogará nuestros gemidos en su inmensa profundidad y cuando nuestra respiración entrecortada parezca que nos quitará el sentido... llegará la sinuosa calma.