Existe cada vez que le pienso.
Mirarle es como caer al vacío eternamente,se parece a flotar pero con esa sensación de vértigo infinita que dan los edificios de Nueva York.
Es aquel de allí,bueno seguramente no le veréis,a primera vista no es el típico hombre de aspecto chulezco que sale en los foto call.
Sin embargo,ocurre que solo desde que lo sueño,me siento mujer.
Es verano él.
Todo.
Su vientre es como uma ciudad costera,su ombligo una isla,su pecho un salvavidas para despuès del naufragio,imagino que deduciréis ya donde empieza la orilla.
Pues una vez nadas hacía dentro,el mar,el de'verdad,sin él os parecerà una ofensa.
Siempre tengo una terrible necesidad de tenerle cerca,que me muerda,que me abrace,que abra una herida en mi piel con el tamaño de su nombre,o me cuelgue de la lámpara y haga carretera secundaria esta espalda de paso de peatones.
Cualquier cosa que el hace es real e intenso y no de esas otras pasiones de teleseries baratas .
ES AMOR REAL.
Si alguna vez se me ocurre hablar de su boca,si en algún momento soy tan estúpida de hacer metàforas sobre ese infierno que antecede a su garganta,si soy capaz de decorar su sonrisa con algún adjetivo,no os estaré mintiendo,solo será otro intento fallido de expresar la realidad.
Recuerdo al milímetro la primera'vez que le ví.
En ese momento aprendí a mirarle.
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